Alarma sobre sequía extrema en NY, NJ y CT; dominicanos serían afectados
El último informe del Monitor de Sequía de Estados Unidos emitido el pasado fin de semana alerta sobre las condiciones de sequía en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut (área triestatal) donde reside más de 1.3 millón de dominicanos que serían afectados.
A finales de julio, la gobernadora de NY, Kathy Hochul, había emitido una alerta de sequía para 21 condados debido a las condiciones secas.
NYC se encontraba hace pocos días en una sequía de moderada a severa, y las condiciones siguen siendo severas a lo largo de la costa sur de Long Island. La mayoría de las regiones del estado, siete de ellas, se encuentran en estado de vigilancia.
El estado experimentó sus últimas sequías severas a mediados de 1960 y de nuevo en 1980, señaló el portavoz del Departamento de Conservación Ambiental del estado (DEC), Jeff Wernick.
En el condado de Rockland, con 338,329 habitantes, situado a unos 20 kilómetros al norte de la Gran Manzana, actualmente hay restricciones obligatorias para el uso del agua debido a la sequía, incluyendo “no servir agua en los restaurantes a menos que el cliente lo solicite”.
En Nueva Jersey, el gobernador Philip Murphy ha instado a los residentes y empresas a conservar el agua, ya que las condiciones secas continúan afectando los suministros del líquido.
La última vigilancia o aviso de sequía que se declaró fue en 2016. La última emergencia fue en 2002. En octubre de 2016, el Departamento de Protección Ambiental declaró 14 condados de las zonas norte, central y costera del norte de NJ bajo un aviso de sequía.
En Connecticut, el gobernador Ned Lamont anunció hace una semana que, por recomendación del Grupo de Trabajo Inter Agencial, se declaró un nivel de sequía de Etapa 3 para los condados de New London y Windham.
El Secretario de Agricultura de los EE. UU. ha designado estos condados como áreas primarias de desastres naturales. Los demás condados permanecían en la Etapa 2. La última vez que Connecticut experimentó condiciones de sequía fue en 2016.
Como consecuencia de la sequía, el crecimiento de los cultivos está atrofiado, la siembra se retrasa, el peligro de incendio es elevado, el césped se vuelve marrón temprano, disminuye la producción de miel, se producen muertes de peces, la vida silvestre se traslada a las granjas para alimentarse y la calidad del agua es mala, entre otros.
Por Ramón Mercedes