Habitantes de NYCHA exigen claridad sobre calidad del agua y anuncian demanda contra la Ciudad
Los inquilinos de los proyectos de vivienda pública Jacob Riis, en el Bajo Manhattan, están “aterrorizados”. Esa es la palabra que utilizan para describir cómo se sienten, luego de que hace unos días, se asegurara que se hallaron rastros de arsénico en el agua de ese complejo de viviendas de NYCHA, y luego se retractaran las autoridades, asegurando que el informe inicial fue un error del laboratorio que analizó el líquido.
A pesar de que el propio alcalde, Eric Adams, visitó los apartamentos de Jacob Riis, donde incluso se tomó un vaso de agua, afirmando que no hay nada que temer y que se puede beber el líquido sin ningún tipo de riesgo, residentes de NYCHA no solo no le creen. No solo no confían en el parte de tranquilidad del mandatario municipal, sino que este lunes anunciaron una demanda contra la Ciudad y contra NYCHA por $10 millones de dólares en daños.
Así lo reveló el abogado Sanford Rubenstein, durante una manifestación que tuvo lugar al frente de los proyectos de Jacob Riis, quien explicó que representa a 35 inquilinos que están sufriendo los estragos de la doble información sobre la calidad del agua allí, lo que ha generado mucho miedo.
“Ellos tienen derecho a una indemnización por el miedo a enfermarse. Y ciertamente, cuando se publica un informe de que hay arsénico en el agua, y tal vez la enfermedad del legionario en el agua, es razonable que la gente tenga miedo de enfermarse”, dijo Rubenstein.
El abogado, quien instó a otros residentes a que se sumen a la demanda, aclaró que no se necesita sufrir daños físicos y a la salud para reclamar daños, pues el temor que se creó de manera irresponsable sobre la calidad del agua, ya generó alarma.
“Si bien sigue siendo turbia en cuanto a la presencia de productos químicos peligrosos en el agua, el temor de los residentes a enfermarse también es motivo de acción por daños y perjuicios”, enfatizó el abogado.
Y es que la desconfianza ya reina entre los inquilinos de ese complejo de vivienda de NYCHA, quienes confesaron que desde que surgió la información de arsénico en el agua y luego con la admisión de error de la Ciudad, no han querido correr riesgo de beber el líquido.
Con rostro de angustia, Yesenia Parrilla, quien afirma haber vivido 50 años de su vida en Jacob Riis, le pidió a la Adminstración Adams que no juegue con la tranquilidad y la seguridad de los inquilinos pobres de Nueva York, y advirtió que para que pueda volver a creer que el agua es consumible, requiere que se realicen múltiples pruebas con diferentes agencias para garantizar que no hay riesgo.
“La verdad, yo me siento mal. Estoy desesperada, porque ya no sé que creer. Esta gente siempre dice cosas y lo dejan a uno lleno de miedo. No basta con que un día digan que fue un error de laboratorio semejante cosa tan grande. Tienen que ser serios”, comentó la puertorriqueña.
La boricua, quien vive en su apartamento con su madre y su hija, aseguró no creer que el agua sea tan limpia y clara como después el alcalde Adams mencionó, e incluso manifestó sentir que varios malestares que por años ha tenido en su salud, pudieran ser originados por el agua contaminada, por lo que exigió más pruebas.
“Mi pelo se me está cayendo mucho, y siento dolores de cabeza constantes y ganas de vomitar. No he sabido a qué se debe eso, pero ahora con esto del agua, estoy pensando que puede ser a causa de eso. Toditos estamos todos enfermos y seguro es por eso”, comentó la madre de familia, quien pidió también que se cree un grupo especial para que a los residentes de NYCHA se les practiquen exámenes que descarten daños por arsénico.
La inquilina aprovechó para exigir a la Ciudad que mientras hay un informe final que sea “realmente confiable”, la Administración Adams les reembolse lo que han gastado en comprar agua y comida, pues debido al temor, no han podido preparar alimentos en casa.
“Es como si los pobres no pudiéramos decir nada y no valieran nuestras vidas. Eso duele y más viendo que aquí hay muchos ancianos y necesitan que los ayuden”, agregó la mujer.
Una postura similar tiene Dinorah Díaz, quien confesó que es tal su temor, que ni siquiera se atreve ya a lavarse los dientes con el agua de los grifos de su apartamento.
“Estoy estresada, y más porque acabo de pelear contra el cáncer y no puedo estar con estrés. No podemos usar el agua de aquí para bañarnos, para lavarnos los dientes ni para cocinar. Mi hija me ha tenido que comprar comida a mí, porque yo vivo del seguro social y no me alcanza”, dijo la residente de Jacob Riis. “Siento que estamos siendo discriminados por ser latinos y negros, esto es algo que hay que decirlo, pues si esto pasara en barrios de blanquitos, inmediatamente harían muchas pruebas y los ayudarían, porque es como si las vidas de ellos valieran más”.
El reverendo Kevin McCall, quien lucha por los derechos de justicia social, se sumó a la protesta, y criticó al alcalde Adams por no tomar acciones contra el laboratorio que emitió mal los resultados, al tiempo que exigió que se realicen pruebas o se pongan detectores de calidad de agua en todos los apartamentos de NYCHA para que los inquilinos se sientan seguros de consumir el líquido.
“Cómo diablos podemos confiar en el Alcalde después de que pasó esto. No entendemos por qué el laboratorio que examinó el agua era de Chicago y no de Nueva York y por qué no se han tomado medidas contra ese lugar. Exigimos una investigación de la agencia de protección ambiental y también del FBI”, dijo el reverendo.
“No sabemos a quién creerle. Estos inquilinos están asustados. Necesitamos transparencia, pues este problema no se arregla diciendo ‘fue un error’. Hay que recuperar la confianza y que dejen de tratar a estos inquilinos como ciudadanos de segunda clase”.
Ni NYCHA ni la Ciudad se refirieron a la demanda y a la exigencia de que se realicen pruebas profundas de calidad del agua en todos los apartamentos de NYCHA, pero el alcalde Adams emitió un comunicado en el que insistió en que el agua es sana y no se corre riesgo el consumo.
“El Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York revisó los resultados finales de las pruebas de contaminantes y encontró que el agua estaba dentro de los límites estándares de calidad del agua de la EPA para beber. Podemos decir con confianza que el agua en Riis Houses está y ha estado libre de cualquier cantidad perceptible de arsénico desde que se iniciaron las pruebas iniciales en agosto y cumple con los estándares”, dijo el mandatario local, agregando que regresara el dinero que los inquilinos han gastado en agua.
“Ni NYCHA ni ninguna otra agencia de la ciudad analizará el agua a través de Tecnologías y monitoreo ambiental por más tiempo, y la ciudad tiene la intención de buscar todas las opciones legales disponibles en nombre de los residentes de Riis Houses y buscará cómo podemos reembolsar a los residentes por los gastos incurridos durante la última semana”, agregó Adams. “Queremos asegurarnos de la calidad del agua. El agua está bien. Por eso les dijimos a los residentes de NYCHA que está bien beber y bañarse con el agua”.
Dolores Rodríguez, residente de otro complejo de NYCHA en El Bronx, aseguró sentirse preocupada tras lo sucedido en Manhattan y pidió también que se haga una inspección exhaustiva en todos los edificios de Viviendas Públicas.
“Cuando escucho al Alcalde decir que el agua es segura en NYCHA, me da mucho miedo y no sé si beber o no el agua, y me viene a la cabeza aquellos momentos en que las autoridades decían después del atentado a las torres Gemelas que era seguro respirar porque el aire estaba limpio, y luego empezaron a enfermarse muchos trabajadores y a morirse”, dijo la inquilina. “Solo espero que este no sea un caso así, y que tomen acciones para estar seguros de que no corremos riesgos; que sean claros como el agua”.
Fuente: El Diario