Neoyorquinos se las ingenian para ganar hasta $1,000 dólares diarios reciclando latas en las calles
Un grupo de familiares de Queens ha encontrado el sustento para su hogar en algo que para el ciudadano común podría parecer un montón de basura entre latas vacías o botellas dentro de bolsas de plástico. Y es que el ‘equipo’ familiar encabezado por Jeanett Pilatacsi diariamente recicla los deshechos que son dejados en las calles.
Las bolsas recolectadas son llenadas con alrededor de 200 envases de bebidas deshechados, que son valorados en cinco centavos cada uno cuando son canjeados en un centro de reciclaje de Elmsford, Nueva York, el cual va generando paso a paso los ingresos de la familia.
De acuerdo con un reportaje de New York Post, los enlatadores pueden llegar a acumular 100 bolsas azules de retornables, sumando hasta $1,000 dólares en ganancia.
Sin embargo, el clan Pilatacsi no trabaja solo. Entre 8,000 y 10,000 neoyorquinos ganan dinero recolectando latas, botellas y recipientes de plástico devolviéndolos a los puntos de venta para recibir reembolsos, declaró a The Post Ryan Castalia, director ejecutivo del cento de redención sin fines de lucro, Sure We Can.
De esos miles de neoyorquinos, 100 se ganan la vida con el enlatado, incluyendo la propietaria millonaria Lisa Fiekowsky, quien es conocida por recolectar latas y botellas en su vecindario de Brooklyn para luego canjearlas.
Uno de los gerentes de Sure We Can, Ray del Carmen, quien vive en Brooklyn, apuntó a The Post que los coleccionistas de latas más inteligentes saben que existen días más rentables que otros.
“St. Patrick’s Day fue el mejor día”, declaró Del Carmen a The Post. “Todo el mundo empieza a beber temprano. Entonces desde las 2:00 p.m. hasta las 4:00 a.m., yendo de bar en bar, entre la calle 42 y la calle 45, gané $800 dólares trabajando solo en un día. Tiraban botellas y latas vacías y yo las tomé”.
Del Carmen, quien a pesar de ya no seguir recolectando aún ayuda a su novia en este oficio, reveló que Flash Dancers es otro punto clave para generar dinero. Recordó que sacó provecho de la política de jiggle-joint, para impulsar a los clientes a comprar bebidas, lo que le ayudó a recolectar 2,400 botellas, lo que le estaría generando $120 dólares.
Esta subestimada profesión ha servido de sustento y hasta de “salvavidas” para migrantes que decidieron dedicarse a la recolección y se han convertido en ’empresarios’ con presupuesto reducido.
La recolección lo salvó del alcoholismo
Mario Palonci, un inmigrante de la República Checa de 70 años, admitió que el reciclaje le ha salvado la vida debido a su pasado en el alcohol.
“Bebí 20 o 30 latas de cerveza por día. Cerveza, cerveza, cerceza”, dijo Palonci a The Post, acotando que estuvo viviendo en la calle luego de que sus trabajos de construcción se agotaron. Actualmente vive en un refugio de Brooklyn, y señaló que cuando reúne la energía, recolecta 2,000 latas por noche.
“La mayoría de personas que trabajan toda la noche se van a casa”, agregó Palonci. “Paso la mañana revisando mis latas, organizándolas, colocándolas en bolsas adecuadas. Es un trabajo duro, pero es el mejor trabajo para mi”, sentenció.
El futuro de su hija gracias al reciclaje
Entretanto, Josefa Marín, inmigrante de origen mexicano, resaltó que la recolección de latas ha significado nada menos que un mejor futuro para su hija. La mujer de 53 años ingresó al mundo del reciclaje luego de trabajos fallidos donde era mal remunerada y la dificultad de cubrir las necesidades de su hija, quien estudiaba en el Briarcliffe College, en Long Island.
“Soy mi pripio jefe y puedo trabajar duro para tener éxito. Caminé por Bushwick y Greenpoint, entrando en bares y restaurantes, pidiendo sus latas y botellas. Al principio ganaba $20 o $30 dólares al día. Luego llegué a $90”, manifestó Marín.
Con información de New York Post