¿Qué ocurre con los enfermos mentales agresivos en las calles de Nueva York?
En la conversación cotidiana de cualquier neoyorquino, existe la certeza que hay muchos más enfermos mentales agresivos, tanto en el Subway, como en cada esquina de la ciudad. Para las autoridades del Estado y la Ciudad de Nueva York, se han dado pasos claros para atender a esta población.Y en el análisis de las organizaciones defensoras de los desamparados, hay el consenso que ninguna de las políticas están resolviendo uno de los temas más sensibles para los residentes de la Gran Manzana.
?Yo dejé de tomar el tren. Antes los veías de vez en cuando. Pero ahora en la línea A, en el Alto Manhattan, hay muchos más. Son agresivos, insultan. ¡Quién sabe qué pasa por su cabeza! Están causando daño a los inocentes. Yo que tengo 40 años en esta ciudad, te puedo decir que ahora este tema está mucho peor?, comenta la dominicana Carmen Guerrero, de 65 años.
La visión de Carmen, no es una experiencia personal: De acuerdo con todas las encuestas cruzadas de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) los hostigamientos de los ?sin techo? que además tienen comportamientos agresivos, son la principal preocupación de los viajeros.
Luego de dos años duros, cuando la ciudad tuvo que enfrentar la pandemia de la COVID-19, todavía el 40% de los usuarios regulares, ha preferido mantenerse muy lejos de este sistema de transporte.
?La gente no le tiene miedo a contagiarse de nada. Sino a que lo empujen, a que un enfermo mental lo mate, como ha pasado con gente inocente este año. La última vez, que estuve a principios de verano entró uno desnudo, después al rato, otro empezó a fumar su droga en frente de todo el mundo. Todo en el mismo vagón?, recordó Carmen.
La receta oficial: SOS y la Ley Kendra
Desde principios de año, en conjunto la gobernadora Kathy Hochul y el alcalde Eric Adams anunciaron la conformación del Grupo de Apoyo a Opciones Seguras (SOS) integrado por trabajadores sociales y médicos encargados de conectar con los desamparados y enfermos mentales.
En realidad, se trata de una política que no es nueva para los oídos de los neoyorquinos. Aunque de acuerdo a las cifras de la Oficina de Salud Mental del Estado de Nueva York, en los primeros seis meses de 2022, se han llevado a 150 personas de manera voluntaria a camas para tratamientos psiquiátricos especiales.
En paralelo, la otra receta en el menú del gobierno estatal y municipal, para enfrentar la presencia notable en las calles de personas con problemas de salud mental como esquizofrenia, trastorno bipolar y abuso de sustancias, ha sido inyectar recursos a la Ley Kendra desde el mes de abril.
Esta iniciativa legal lleva el nombre de Kendra Webdale, una joven que fue empujada frente a un tren y asesinada en 1999 por un hombre con un largo historial de esquizofrenia que nunca fue tratada.
En síntesis, esta legislación ayuda a dar carta blanca a los tribunales para que exijan tratamiento ambulatorio de salud mental para personas consideradas peligrosas. Si una persona no cumple, puede ser evaluada e internada en un hospital psiquiátrico.
Para que este proceso se cumpla y la persona termine un tratamiento ambulatorio asistido (AOT), debe existir un “peticionario”. Con base con los estatutos, este solicitante puede ser “un compañero de cuarto adulto, un padre, un hijo adulto o un hermano del posible destinatario de la terapia“.
Los trabajadores comunitarios, los empleados de la MTA y funcionarios policiales no entran en la categoría de las personas que pueden ser ?peticionarios?.
Para recibir una orden de tratamiento ambulatorio asistido (AOT), una persona debe haber ingresado y salido recientemente de hospitalizaciones y demostrar un comportamiento violento.
Más personas enviadas a tratamiento
Según datos estatales, compartido a medios locales, la cantidad de personas que recibieron tratamiento de salud mental ordenado por un tribunal desde abril, aumentó un 60% con respecto al mismo período del año anterior.
Datos compartidos por la Oficina de Administración de Tribunales (OCA) indican que entre abril a julio, un juez ordenó a 462 personas en Nueva York, que se sometieran a tratamiento de salud mental bajo Ley Kendra.
Durante el mismo período del año pasado, se emitieron 288 órdenes de este tipo en todo el estado. Dos tercios de todos los casos, o 320 pedidos, tuvieron lugar en la Gran Manzana.
Estas medidas se tomaron en parte por las preocupaciones sobre la seguridad en el sistema de transporte, luego de una cadena de crímenes de alto perfil en el metro, incluido un tiroteo masivo el 12 de abril en Sunset Park y el asesinato al azar de un trabajador español de Goldman Sachs. Ambos implicados con antecedentes de padecimientos psiquiátricos.
Asimismo, portavoces del Departamentos de Servicios a Desamparados de la Ciudad de Nueva York afirman que “como nunca antes” existe una coherencia entre varias agencias y la gobernación para enfrentar esta crisis.
“En algunos campamentos de desamparados que hemos removido para reubicarlos a sitios más dignos, por ejemplo más de 100 personas de manera voluntaria, optaron por ayuda profesional. Hay grandes pasos luego de años de falta de coordinación“, agregó.
En los primeros cinco meses de 2022, el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) consideró que hasta ese momento, de las 100 personas arrestadas por delitos de odio, más de la mitad, habían sido calificada con anterioridad como ?emocionalmente perturbada?.
Frente a la asociación directa de este tipo de fatalidades con enfermedades mentales, Harvey Rosenthal, director ejecutivo de la Asociación de Servicios de Rehabilitación Psiquiátrica de Nueva York, explicó a la publicación digital Gothamist que los ataques violentos de personas con condiciones psiquiátricas representan apenas el 4% de este tipo de incidencias en todo el país.
?Creo que con demasiada frecuencia se utilizan episodios aleatorios de violencia trágica, para convertir a las personas con enfermedades mentales en chivos expiatorios?, argumentó.
Una camisa de fuerza
Los críticos de las iniciativas que llevan adelante las autoridades, estiman que la gran falla de este tipo de medidas, basadas en un proceso judicial, es que muchos desamparados no tienen ‘peticionarios’, porque simplemente no cuentan con algún familiar que se preocupe por ellos.
Hay algunas anécdotas que así lo demuestran. El puertorriqueño Vicente Díaz, de 65 años, asegura que durante meses ha tratado de que se envíe a un tratamiento psiquiátrico a un “señor hispano” que pernocta en el Tompkins Square Park, en el vecindario de ‘Losaida’, en el Bajo Manhattan.
“Ese pobre señor está totalmente en las nubes. A veces está pegando brincos solo. Duerme en un banco. Busca en la basura. Llamas al 911, al 311, a los números disponibles. Y no pasa nada”, contó Vicente.
El isleño está seguro que como quienes hacen el reporte no son “familiares” el proceso es muy complicado.
“Yo hablé con él en el verano. Me dijo que era de El Salvador. Se volvió loco, por un tema de su exesposa que lo dejó”, describió de forma muy compasiva el boricua.
Este tratamiento “no funciona”
Aunque repotenciar la Ley Kendra e inyectarle más presupuesto, ha sido una política clave para las autoridades neoyorquinas, voceros de algunas organizaciones dudan que se trate de una acción que saque a los enfermos mentales de las calles. Y, mucho menos, que sea una vía clara para garantizarle tratamientos.
“Lo que hemos aprendido a lo largo de los años, es que no es necesaria una orden judicial para garantizar que las personas con enfermedades mentales graves, incluidas las personas sin hogar, accedan a la atención que necesitan. Lo que se requiere es que la Ciudad y el Estado vuelvan a abrir las áreas psiquiátricas que han cerrado debido a la pandemia?, remarcó a El Diario Shelly Nortz, directora ejecutiva de la Coalición para Desamparados.
A juicio de la activista, durante los días más duros de la pandemia, se cerraron unidades psiquiátricas completas en los hospitales, que a la fecha no están todavía 100% operativas.
En general, la experta de esta coalición advierte que ninguna de las tácticas adelantadas actualmente no han resuelto el problema en el pasado y tampoco lo resolverá ahora.
“Agregar más oficiales de policía y equipos de extensión no creará una capacidad adecuada de camas psiquiátricas, tampoco más refugios de estabilización y atención primaria de salud mental”, consideró.
Nortz recordó que en 2019, el Estado estimó que el 7.4 % de los 363, 026 adultos que accedían a servicios de salud mental autorizados en la ciudad de Nueva York no tenían hogar. Eso es más de 27,000 personas.
Las proporciones de la falta de atención, ahora son más complicadas: De los 93,925 adultos elegibles en diciembre de 2021, para recibir servicios mejorados de salud mental en la ciudad de Nueva York, bajo Medicaid, solo 2,179 (un escaso 2.3 %), en realidad recibieron dicha atención en los 12 meses anteriores.
La conclusión lapidaria de esta organización es que con estos planes es posible que logren “expulsar a las personas sin hogar de algunas estaciones de metro de alto perfil”, pero este esfuerzo general fracasará debido a la falta de acceso a vivienda, atención de salud mental y refugios de bajo umbral.
Menos camas:
- 93,000 pacientes podían hospitalizar los centros psiquiátricos en NY en el pasado, pero en la actualidad las camas en hospitales estatales para estos pacientes se ha reducido a 2,330, un dato derivado de cifras compartidas por la Coalición de Desamparados.
- 1,000 de estas camas del sistema de salud estatal, se encuentran en la Gran Manzana.
- 3,763 camas psiquiátricas de atención de largo plazo para adultos en la ciudad de Nueva York.
- 72% se encuentra en hospitales que ofrecen solo atención de corto plazo (solo una semana en promedio).
- 950 pacientes hospitalizados psiquiátricos desde 2018, menos en promedio cada día que en 2012 (3171 frente a 4115).
Nota del Editor: este artículo fue escrito antes del anuncio del sábado 22 de octubre de la iniciativa conjunta entre la MTA y el NYPD para dar más seguridad en el Subway.
Fuente: El Diario