Gana terreno en NY legislación que autorizaría a enfermos terminales la ayuda médica para morir
Hace tres años, a la esposa de la puertorriqueña ‘Arelys’ le diagnosticaron un tipo de leucemia que incluso la ciencia médica empezó a conocer desde el 2012. Su expectativa de vida era quizás 16 meses. El tratamiento ha sido complicado y doloroso. Hoy vive. Se ha logrado controlar la dolencia. Aunque ante esta circunstancia, hay una decisión firme y razonada: “Si por alguna razón, esa condición regresa a su cuerpo, su opción será no aceptar más terapias”.
Pero esta postura firme y consciente, no está respaldada por las leyes de Nueva York.
Por ello, Arelys removida en todas sus fibras por la difícil experiencia de su compañera de vida en los últimos 22 años, se ha convertido en una de las voces que apoya la legislación de Ayuda Médica para Morir, la cual permitiría a un adulto con una enfermedad terminal, mentalmente capaz, con una expectativa de vida de seis meses o menos, solicite una receta para “morir en paz”.
“Si ese momento llega, no quisiéramos tener que mudarnos a otro estado, para poder tener ese derecho. Aquí tenemos a nuestra familia. Para mi sería el más elevado acto de amor”, expresó sin titubeos la boricua residente de Nueva York.
Diez estados, incluidos Nueva Jersey y Vermont, así como Washington, D.C., autorizan la asistencia médica para morir.
La legislación que esta siendo analizada, desde el 2017, permitiría que el médico tratante prescriba una dosis letal de medicamento, que el paciente terminal puede administrarse por sí mismo.
Un asunto de compasión
Ante el inicio de las sesiones legislativas en un par de semanas, la organización Compassion & Choices inició este miércoles en Manhattan lo que han denominado la intensificación de la campaña para que se apruebe el anteproyecto de Ley de Ayuda Médica para Morir.
La iniciativa legal defendida por docenas de organizaciones, se basa en una serie de experiencias confiables y probadas, que autorizaría a un adulto que sufre de una patología terminal diagnosticada, en donde las posibilidades de recuperación son prácticamente nulas, ingiera un medicamento que acorte el tiempo de agonías y sufrimiento.
Los defensores de esta propuesta, estan claros que la sola idea, está rodeada de muchos estigmas, creencias religiosas y prejuicios. Tanto así, que a veces se le denomina confusamente “suicidio médico asistido” o “eutanasia”.
“Debemos educar mucho a nuestras comunidades hispanas, que casi nunca quieren hablar de este tema. Muchas veces las religiones nos condenan. Nos señalan por algunas decisiones. Si estás pasando por una dura agonía y decides reducirla y eliminarla, eso no puede ser un pecado. Un Dios amoroso y compasivo, no te va a condenar por eso”, reforzó Arelys, quien apunta a que las comunidades de fe deben ser un soporte en los momentos más difíciles de los seres humanos.
La isleña exterioriza que además como lesbiana, ha tenido que enfrentar como algunas religiones la “condenan y señalan”, por amar a una persona de su mismo sexo.
“Para la visión y la interpretación falsa de muchas creencias, nuestra supuesta condena por parte de Dios es doble. Primero porque decidimos amarnos. Y segundo porque promovemos una idea de la vida, que a mi juicio es la prueba de un verdadero amor”, agregó.
La meta es el 2023
Los resultados de una encuesta entre los electores neoyorquinos de diferentes espectros sociales y raciales realizada por The Marist Poll, muestra en los últimos meses “un fuerte apoyo” a la ayuda médica para morir entre los votantes del estado de Nueva York. Los niveles de apoyo rondan un 59% en promedio.
En este sentido, la directora ejecutiva de ‘Compassion & Choices’, Kim Callinan, afirmó que continuarán expandiendo una serie de actividades de reflexión, para compartir la visión de las ventajas de este anteproyecto. En paralelo, encenderán todos los motores para que la Asamblea Estatal avance en la aprobación de esta iniciativa.
“Es un asunto de verdadera compasión, con personas que mueren lentamente, y pueden de manera racional decidir lo mejor para ellos. Estamos llamando a campañas educativas, para que este venidero 2023, sea el año en que los legisladores permitan que los neoyorquinos con enfermedades terminales, que sufren en sus últimos días y semanas, puedan barajar siempre una opción compasiva”, acotó Callinan.
La controversial legislación ya cuenta con el apoyo irrestricto del senador de Manhattan, Brad Hoylman y un grupo amplio de la bancada demócrata, quienes defienden la postura que aprobar la Ley de Ayuda Médica para Morir, no cambiará en lo absoluto, los valores de quienes decidan no usar esta opción.
“Creo firmemente que aquellos que padecen de cáncer u otra enfermedad terminal, deben tener la oportunidad de morir de una manera que sea consistente con su fe, valores y creencias. Todos los neoyorquinos deberían poder elegir su propio camino al final de sus vidas”, subrayó.
“No tengo miedo a morir…”
El texto legislativo y sus detalles finales, está de algún modo inspirada en la historia de Ayla Rain Eilert, una bailarina de ballet de Manhattan, de 23 años, quien lamentablemente murió en una angustiante agonía a causa de un cáncer de lengua metastásico la primavera pasada.
A los pocos meses de haber sido diagnosticada, el cáncer se propagó por todo su cuerpo, a pesar de recibir el mejor tratamiento y todos los cuidados paliativos disponibles.
Los padres de la bailarina, Daren y Amy Eilert, se unieron este miércoles a un memorial que acompañó a otras familias que han transitado por el vértigo de la impotencia, al ver fallecer lentamente a sus seres queridos, cuando posiblemente existía una opción más compasiva.
“Imagínense a nuestra hija de 23 años, en el esplendor de su vida. Viviendo su sueño como bailarina de ballet, pintora e instructora de yoga, en la ciudad más grande del mundo. Fue muriendo todos los días lentamente. Quedó reducida por todo el peso que perdió. Fue una angustia indescriptible. Nos decía que no tenía miedo a morir, sino a seguir más tiempo con esa agonía”, relataron.
También a esta campaña, que está recorriendo a varias localidades de Nueva York, se unió Monona Yin de Brooklyn, la hija de Fay Hoh Yin, quien fue una incansable defensora de la ayuda médica para morir mientras padecía un linfoma incurable. Falleció en 2020.
“Mi increíble madre, murió en mi casa de Brooklyn después de una lucha de seis años contra el linfoma. Mamá trabajó muy duro para mantenerse con vida, soportando múltiples ciclos de quimioterapia, radiación y transfusiones. Al final, mamá era solo piel y huesos. Luchando por respirar. No podía entender por qué se le debía hacer sufrir hasta el amargo final”, relató quien hoy es una fuerte activista de esta iniciativa.
Cruzando líneas complicadas
De acuerdo con la argumentación ofrecida por expertos médicos y asesores, que propician esta legislación, lo primero que hay que lograr es distinguir claramente las erróneas descripciones que se realizan sobre este tema.
“El suicidio asistido por un médico, el suicidio y la eutanasia son a menudo términos que popularmente y los opositores a esta ley, usan para describir la práctica de la ayuda médica para morir. Esto es engañoso y objetivamente incorrecto”, aseveran portavoces de ‘Compassion & Choices’
La ayuda médica para morir es fundamentalmente diferente de la eutanasia.
Si bien, ambas prácticas están diseñadas para provocar una muerte pacífica, la distinción entre las dos se reduce a quién administra los medios para esa muerte pacífica.
La eutanasia es un acto intencional, por el cual otra persona, (no el paciente terminal) administra el medicamento.
Por el contrario, la ayuda médica para morir requiere que el paciente sea capaz de tomar la medicación por sí mismo y, por lo tanto, mantener siempre el control.
Hay que siempre destacar que la eutanasia es un acto ilegal en todo Estados Unidos.
Las legislaturas estatales y los tribunales en los estados donde la práctica ya está autorizada, trazan una línea muy gruesa para diferenciar la ayuda médica para morir, al suicidio, al suicidio asistido o la eutanasia.
“La eutanasia y el suicidio asistido son ilegales en las jurisdicciones, donde está autorizada la ayuda médica para morir. Las legislaciones en este sentido declaran que las acciones tomadas de conformidad con estas leyes , para cualquier propósito, no constituyan suicidio o suicidio asistido”.
“Dios da y quita la vida“
Pero todo indica que esta cruzada por cristalizar la aprobación de esta legislación en Albany, no está del todo despejada, más aún para tratar de ganar popularidad en algunos segmentos poblacionales, marcados por creencias cristianas, cuyos paradigmas se sostienen en que solo “Dios da y quita la vida”.
“Cuántos casos de personas no reciben un diagnóstico de un médico que les pronostica un mes de vida. Y pasan diez años y están vivos y saludables. Me parece que Nueva York y el país con estas leyes quieren normalizar todo: el aborto, el suicidio. Solo Dios sabe”, comenta la dominicana Cariana Castillo, de 50 años, residente del Alto Manhattan.
Los opositores más radicales de esta legislación, que cerró el 2022 con el soporte de 72 legisladores, incluyen a líderes de la Iglesia Católica y algunos defensores de las personas discapacitadas, que aducen que es “moralmente incorrecto” terminar con la propia vida.
Les preocupa que se abuse de la ley y se use para acelerar la muerte de personas con discapacidades graves.
Los límites de la propuesta de Ley en NY:
- Si se aprueba la iniciativa legal, las personas que decidan optar por morir de manera asistida por un médico, deben estar mentalmente competentes.
- El texto legislativo especifica de manera rigurosa en cuáles circunstancias los enfermos terminales que estén facultados mentalmente, pueden optar por este tipo de medicación.
- Si el médico tratante cree que el paciente puede carecer de capacidad mental para tomar decisiones, se remitirá al paciente a un profesional de la salud mental.
- Bajo la Ley de Ayuda Médica para Morir, la Ley de Salud Pública de Nueva York se modificaría para incluir una nueva disposición en el Artículo 28-F de “Ayuda para Morir”.
- La legislación permitiría poner fin a su vida a adulto con una enfermedad terminal, de 21 años o más y con una expectativa de vida de seis meses o menos.
- Si el profesional de la salud mental determina que el paciente carece de capacidad para tomar una decisión, el paciente no será considerado un individuo calificado para recibir medicamentos que acorten su existencia.
- El anteproyecto dispone que un médico o farmacéutico, no estará sujeta a acciones penales o acción disciplinaria profesional, por tomar cualquier acción razonable de buena fe relacionadas con las opciones médicas para finalizar la vida.
- Un paciente que solicita medicamentos, bajo esta legislación, no será considerada para ningún efecto legal como suicida.
El dato:
- 77% de todos los neoyorquinos apoyan la ayuda para morir, incluido el 75% de los católicos, el 72% de republicanos, el 67% de los autodenominados conservadores y el 78% de los neoyorquinos del norte del estado de acuerdo con una encuesta divulgada por legisladores estatales.
Fuente: El Diario