Nueva York espera una llegada masiva de migrantes, mientras Eric Adams pide ayuda federal y estatal
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, solicitó ayuda a las autoridades federales ante la llegada masiva de migrantes demandantes de asilo a la ciudad como consecuencia del fin del Título 42 que ha permitido a Estados Unidos expulsar a la mayoría de personas que cruzan la frontera sur del país.
De acuerdo Adams, la ciudad de Nueva York se está preparando para recibir un alto número de autobuses procedentes de la frontera y para que cada semana lleguen a la Gran Manzana más de mil solicitantes de asilo por encima del promedio.
Este año han llegado a Nueva York decenas de miles de personas en esta situación, en su mayoría venezolanos y muchos de ellos enviados en autobuses fletados desde Texas por el gobernador republicano Greg Abbott, quien ha optado por esta medida para repartir la carga y criticar las políticas migratorias del presidente Joe Biden.
“Ya hemos recibido más de 31,000 solicitantes de asilo en nuestra ciudad y actualmente tenemos abiertos 60 albergues de emergencia, cuatro centros de apoyo humanitario y dos centros de bienvenida. Hemos metido a miles de niños en escuelas y hemos gastado cientos de millones de dólares de los contribuyentes para vestir, alimentar, dar hogar y apoyar a esta población muy necesitada”, indicó Adams en un comunicado.
Según el alcalde, ahora Nueva York necesita “ayuda urgente” por parte de las autoridades estatales y federales, a las que acusó de haber “mayormente ignorado” las peticiones de apoyo hechas hasta ahora.
“Nuestro sistema de acogida está lleno y estamos casi sin dinero, personal y espacio”, insistió el demócrata, que pidió a la Casa Blanca posibles planes para transportar a los migrantes a otras ciudades, para permitirles trabajar o para “enviar ayuda a las ciudades que se han llevado la peor parte de esta crisis”.
Estados Unidos se está preparando para el fin del Título 42, una norma sanitaria instaurada por el expresidente Donald Trump, y mantenida por la actual Administración, que ha permitido hasta ahora expulsar a la mayoría de personas que cruzan la frontera sur.
El Gobierno de Biden debe acatar una orden de un juez federal en Washington, D.C., que ordenó a mediados de noviembre levantar la normativa, que calificó de “arbitraria y caprichosa”.
Se espera que el fin de esta regla, que prohibió la mayor parte de las solicitudes de asilo en la frontera, conlleve un aumento en la cantidad de personas que llegan al sur de Estados Unidos con la esperanza de buscar refugio en el país.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) adelantó la estrategia que seguirá para hacer frente a una mayor llegada de migrantes, pero aseguró que el sistema estadounidense “no está diseñado” para lidiar con el flujo migratorio actual.
Fuente: El Diario