Operativo del COE
El Comité Nacional de Emergencias (COE) anuncia para el viernes el inicio de su tradicional operativo por Navidad y Año Nuevo que esta vez llevará el nombre de “Conciencia por la Vida”, con el despliegue de más de 40 mil personas en puestos de socorro fijos y móviles.
Con el transcurrir del tiempo este tipo de operativo, en el que se involucran más de 22 entidades, muestra cada vez más eficacia en la prevención, cumplimiento de los protocolos para este tipo de situación y coordinación interinstitucional.
No debe pasar inadvertido que en este 2022, a diferencia de los dos años anteriores en los que había restricciones por la pandemia, habrá más tránsito vehicular en autopistas y carreteras y por igual la ingesta de alcohol no se verá tan reducida.
De entrada hay que incentivar y reconocer el esfuerzo desinteresado de miles de brigadistas, médicos, paramédicos, militares, policías y especialistas en búsqueda y rescate, que sacrificarán su tiempo mientras la población disfrutará de las fiestas con su familia.
Se da por descontado que habrá una intensa campaña para que la población adopte medidas preventivas, por lo que en los casos que haya exceso y desenfreno sería porque no se observaron las orientaciones.
Empero, pese a que nunca se insistirá lo suficiente en la necesidad de que hay que elevar los niveles de educación y de conciencia de las personas, lo que podríamos calificar de primera línea de defensa ante las imprudencias no serán los voluntarios del COE, sino la disposición del ciudadano mismo, porque de nada vale deplorar hechos negativos si no hacemos nada para evitarlos.
Otra observación pertinente en ese sentido es que no se descarta que en estos días pudiera ocurrir lo de años anteriores a la pandemia, que Interior y Policía liberalice el horario de expendio de bebidas alcohólicas.
Pero eso sería lo de menos, ya que aunque no simpatizaríamos con tal medida, es irse por la tangente pues si hay excesos no es por el alcohol, es por el que lo bebe.
Lo mismo vale para la incautación de motocicletas hasta que el conductor vuelva con sus papeles en regla, como si el imprudente fuera el motor y no el motorista.
Aplaudimos el inicio del operativo preventivo por Navidad y Año Nuevo, pero hay que abogar por que sean permanentes las campañas de educación formal y vial y, algo muy importante: que se apliquen las leyes sin hacer distinciones.
Fuente: El Caribe