Condenan dominicano a ocho años por tráfico de fentanilo y otro es arrestado con miles de píldoras que traficaban en Boston y Lawrence

El dominicano Miguel Ángel Fajardo fue sentenciado ayer lunes a ocho años de cárcel en la Corte Federal de Boston por tráfico de fentanilo y pastillas recetadas falsificadas, mientras otro narco, Ángel Joel Díaz, (Güero), fue arrestado con  miles de las mismas pastillas que ambos traficaban en Boston y Lawrence (Massachusetts), según un comunicado del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ).

Fajardo, de 32 años de edad y que se declaró culpable en octubre 2022, fue condenado por el juez federal Nathaniel M. Gorton quien le impuso otros años en libertad condicional.

El comunicado dice que Fajardo resultó convicto de traficar píldoras recetadas falsificadas que contenían fentanilo fabricadas con varias prensas especiales para ese propósito.

Fajardo se declaró culpable de un cargo de posesión con la intención de distribuir 400 gramos o más de fentanilo, dijo el DOJ.

En marzo de 2022, agentes policiales allanaron el apartamento de Fajardo y confiscaron aproximadamente 7,3 kilogramos de pastillas de fentanilo, una prensa de pastillas industrial y sellos de pastillas con las letras “M” y “30” que concuerdan con las marcas en las pastillas de oxicodona de grado farmacéutico.

Los sellos de píldoras se usan comúnmente para hacer que las píldoras falsificadas parezcan píldoras legítimas recetadas en las farmacias, explican los federales.

Durante la requisa en marzo, se encontraron aproximadamente 1,4 kilogramos de polvo de fentanilo, dos prensas digitales individuales, 50 cartuchos de munición calibre .40 ocultos en un microondas, cuatro kilogramos de agente cortante y dos respiradores purificadores de aire, que se usan comúnmente cuando se trabaja con polvo de fentanilo.

Además, se encontraron dos prensas de pastillas de un kilogramo y otra prensa de pastillas grande.

Las prensas estaban fuera del apartamento.

ARRESTAN A EL “GÜERO”

En el segundo caso, el “Güero”, fue arrestado el 15 de febrero mientras llevaba una bolsa de compras con 31,800 píldoras de fentanilo separadas en siete bolsas de plástico.

La información sobre el arresto se hizo después de su comparecencia ante un tribunal federal.

Según la oficina de la fiscal federal en Boston, Rachael S. Rollins, la policía encontró en la casa de Díaz una prensa de píldoras con residuos de polvo, miles de píldoras, sellos de píldoras, varias máscaras y polvo suelto de varios colores, aproximadamente 5,000 píldoras de fentanilo sospechosas en una bolsa termo sellada, presunto polvo de fentanilo y productos químicos utilizados en la fabricación de píldoras y una segunda prensa de píldoras en el garaje.

“Creemos que el Sr. Díaz supuestamente conspiró para vender decenas de miles de estas píldoras falsificadas mortales a áreas de nuestro Estado Libre Asociado (Massachusetts) y más allá”, expuso la fiscal en  el comunicado.

Durante la investigación, se incautaron aproximadamente 50,000 píldoras falsificadas junto con dos prensas de píldoras.

Cada una de esas píldoras podría resultar en una sobredosis fatal y felicitamos a nuestros socios encargados de hacer cumplir la ley por esta investigación y arresto que mejora la seguridad pública”.

El comunicado recuerda que una investigación sobre la operación de fabricación y distribución de píldoras de fentanilo de Díaz comenzó el 10 de enero, cuando un oficial encubierto contactó al narco haciéndose pasar por un posible cliente de drogas que buscaba comprar píldoras recetadas falsificadas que conteniendo fentanilo.

La policía dijo que Díaz acordó reunirse al día siguiente y proporcionó 208 píldoras de fentanilo. La mitad de las píldoras supuestamente contenían metanfetamina además de fentanilo.

Durante la reunión, Díaz le dijo al oficial que fabrica sus propias píldoras de fentanilo, que distribuía en Lawrence y Boston y Nueva York a través de envíos por correo.

El 14 de febrero, Díaz supuestamente envió una fotografía de presuntas píldoras de fentanilo al oficial encubierto diciéndole que  “incluso hacerlo con una máscara te da ganas de vomitar y todo”.

Por Miguel Cruz Tejada