Promueven ley para que cuidadores no remunerados tengan créditos del Seguro Social que no afecte su jubilación
Justo cuando los cuidadores de ancianos y enfermos en la Gran Manzana están dando una feroz batalla para que se respete su labor y se ponga fin a los turnos de 24 horas, que les representa profundas pérdidas en sus salarios, por horas no pagadas, una iniciativa de ley promovida desde Nueva York a nivel federal, busca brindar protecciones de jubilación a quienes cuidan a familiares en necesidad.
Se trata de la llamada Ley de Créditos del Seguro Social para Cuidadores, una legislación que proporcionaría puntos requeridos en el proceso de jubilación para millones de estadounidenses que dejan sus trabajos para dedicarse al cuidado no remunerado de seres queridos enfermos, discapacitados o ancianos.
Asī lo anunció este martes la senadora federal de Nueva York, Kirsten Gillibrand, tras anunciar que introdujo en la Legislatura federal una pieza de ley que aseguraría que la jubilación de quienes cuidan a sus parientes sin cobrar por ello, no se vea amenazada.
La legisladora, quien es miembro del Comité Senatorial de asuntos de ancianos, advirtió que tan solo en el estado de Nueva York hay cerca de 2.2 millones de cuidadores familiares que brindan atención a sus parientes enfermos o impedidos, lo que les significa pérdidas de unos $39,000 millones de dólares cada año, sin que reciban puntos pensionales por ese tiempo.
Por ello, la legisladora busca que el Congreso dé vía libre a su proyecto de ley, que proporcionaría créditos de jubilación a los cuidadores no remunerados que dedican al menos 80 horas al mes a cuidar a un pariente dependiente, menor de 12 años o a una persona crónicamente dependiente, que no puede valerse por sī misma, muchos de ellos adultos mayores.
“Las familias nunca deben verse obligadas a elegir entre cuidar a un ser querido y garantizar la seguridad de su jubilación”, aseguró la Senadora demócrata, al tiempo que advirtió que el cuidado es esencial en las familias, especialmente para los niños, los enfermos, los discapacitados y los ancianos, por lo que urge que a los cuidadores no remunerados se les proporcione seguridad para su futura jubilación.
“No podemos continuar penalizando a los trabajadores que se toman un tiempo fuera de la fuerza laboral para cuidar a un hijo enfermo, un abuelo enfermo o un cónyuge discapacitado, negándoles los créditos del Seguro Social durante ese período. La Ley de Crédito para Cuidadores del Seguro Social reconocería el cuidado por lo que es (trabajo), y permitiría que los cuidadores continúen avanzando hacia su jubilación”.
Gillibrand explicó que los créditos del Seguro Social son “unidades” que utiliza la Administración del Seguro Social para determinar si una persona califica para jubilación, discapacidad y otros beneficios y recordó que tanto el Senado como el Congreso deben garantizar que se proteja a profesionales y trabajadores excluidos que no cuentan con protecciones cuando atienden a sus parientes necesitados.
Datos del Seguro Social revelan que un estadounidense necesita un total de 40 créditos para calificar para tener los beneficios de jubilación, y en el 2023, para obtener 1 crédito se requiere ingresos mínimos de $1,640 y $6,560 para el máximo de cuatro créditos anuales, por lo que los cuidadores no remunerados que dejan sus empleos para encargarse de sus parientes, o reducen sustancialmente sus horas, ganan menos o ningún crédito del Seguro Social. Esto los deja en riesgo de no calificar para beneficios y poner en peligro la seguridad de su jubilación.
Y aunque en la Ciudad de Nueva York existen programas para que familiares de adultos mayores de 65 años, cuyo número se estima en 1.1 millones, (13% del total de los neoyorquinos) de los cuales, según datos de la Administración Municipal, el 21% son latinos, sean remunerados al asumir labores de cuidadores, aquellos que se ven en situaciones inesperadas, donde deben cuidar a sus parientes de manera temporal, quedan en el limbo laboral.
Así lo asegura Edgar Pabón, empleado de una oficina de asesoría financiera, quien durante varios meses debió hacerse cargo de su madre, tras quedarse paralizada, y perdió su empleo.
“Todos estamos expuestos a que de repente la vida nos sorprenda con cosas que nunca esperamos, como que se nos enferme seriamente un familiar, y creo que es en esos momentos donde necesitamos todo el apoyo, no solo con cuestiones como los créditos pensionales, que obviamente es algo importante, sino también que pudiéramos conservar nuestros salarios devengados intactos y no reducidos o a veces ser despedidos”, mencionó el colombiano, de 53 años, quien urgió a los legisladores a que promuevan leyes más profundas y no “meros pañitos de agua tibia” en materia pensional.
“Creo que los senadores deberían mostrar un interés más profundo en ayudar a los adultos cuando se pensionan, con aumento a los montos de pensiones, incrementos anuales por costo de vida, primas extra, bonos, y promedios más justos basados en lo que uno ha ganado en la vida y no darnos al final cheques que resultan una limosna, con los que no es posible vivir bien, menos cuando uno ya es viejo y necesita más cuidados y protecciones”, agregó el padre de familia.
Organizaciones y grupos de activistas que luchan por la mejora de condiciones para los cuidadores domiciliarios, mayormente mujeres inmigrantes, ven como una movida positiva el proyecto de ley de la senadora Gillibrand, pero consideran que se queda corto, pues debería incluir también el fin de largas jornadas laborales a empleados remunerados, a los que compañías de cuidado no pagan sus horas completas.
“Aunque la propuesta de la Senadora Gillibrand es un reconocimiento positivo de la valiosa labor de los cuidadores, ignora la característica más desvalorizadora y deshumanizadora de los cuidados financiados y sancionados públicamente por el gobierno de Nueva York, que es la jornada laboral de 24 horas en los cuidados a domicilio” , aseguró JoAnn Lum, de la Campaña “¡¿Acaso No Soy Una Mujer?!”, del Centro de Trabajadores NMASS que aboga por el respeto de las cuidadoras domiciliarias.
“Trabajar las 24 horas del día hasta un total de 120 horas a la semana, ha destruido la salud y las familias de miles y miles de cuidadoras en los hogares”, agregó la líder, al tiempo que anunció que este miércoles 17 de mayo, una delegación de cuidadoras domiciliarias de color, presentará ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) un llamado para que se declare la jornada laboral de 24 horas como un crimen contra la humanidad.
“Nunca he oído de turnos de 24 horas en mi país. Pero, aquí en los Estados Unidos he trabajado más de 12 años de turnos de 24 horas. Me han destrozado mi cuerpo y mi salud. Los turnos de 24 horas son tortuosos. No podemos dormir. Además, los turnos de 24 horas afectaron a mi familia. Me perdí todos los momentos importantes con mis hijos”, aseguró la cuidadora Luz Estrella, de República Dominicana. “Por eso pedimos a la ONU que nos apoye, que declare el turno de 24 horas un crimen contra la humanidad”.
Adultos mayores de la Gran Manzana en cifras
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- 2.2 millones de neoyorquinos cuidan a familiares en todo Nueva York
- $39 mil millones cada año costarían sus servicios
- 1.5 millón de neoyorquinos tiene entre 50 y 65 años
- 1.1 millón de adultos mayores hay en la ciudad
- 13% es el porcentaje de ancianos que hay en los cinco condados
- 60% de los adultos mayores son mujeres
- 40% de los ancianos de la ciudad son hombres
- 49% de los ancianos de la Gran Manzana son inmigrantes
- 21% de los adultos mayores de Nueva York son latinos
- 22% de los ancianos de la ciudad son negros
- 44% de los adultos mayores son blancos
- 34% de los adultos mayores no hablan inglés bien
- 20% de los adultos mayores hablan español
- 30% de los adultos latinos viven solos
- 7% de los neoyorquinos son adultos mayores entre 65 y 74 años
- 4% de los neoyorquinos tienen entre 75 y 84 años
- 2% de los neoyorquinos son mayores de 85 años
- 1.4 millones de adultos mayores de 65 años se estima habrá en NYC en 2040
Fuente: El Diario