La raza
España celebra, del 6 al 15 de octubre, la tercera edición del festival de la Hispanidad, con República Dominicana como país invitado, junto al ministro de Turismo David Collado y la alcaldesa del Distrito Nacional Carolina Mejía, con un ciclo de actividades culturales para conmemorar la lengua y la cultura hispana, organizado por la Comunidad de Madrid, con participación de un centenar de artistas dominicanos.
Quizás este concepto de la hispanidad suene un tanto diferente al de Día de la Raza, que se festeja este 12 de octubre, fecha en que Colón llegó a estas tierras, y que para muchos fue el comienzo de un saqueo que no amerita ninguna celebración.
Una leyenda, o creencia impuesta por los mismos colonizadores, sitúa a la Virgen de las Mercedes del lado de los españoles, como si los estuviera apoyando, en una batalla en la que los indios se rebelaron contra los abusos a los que eran sometidos.
La supuesta batalla, que se presume ocurrió en el Santo Cerro de La Vega, ha sido desmentida por historiadores que se han documentado debidamente, sin embargo sirvió para instalar esa creencia en la mente de las generaciones posteriores.
Sucede que aquel 12 de octubre comenzó en realidad un largo proceso en que los colonizadores se dedicaron al exterminio de los indígenas de América y se institucionalizó la explotación, el despojo de sus tierras y la esclavitud.
Por eso cada vez hay más consenso respecto a que América no fue descubierta, sino invadida y saqueada, y aunque la forma en que esta fecha sea valorada siempre estará influida por cuestiones ideológicas, opiniones políticas, cuestionamientos morales y de todo tipo; esa herencia cultural impuesta a sangre y fuego ha moldeado lo que América es en la actualidad.
Nos impusieron una religión que ahora es mayoritaria en toda América, nos impusieron un idioma que nos distingue ante el mundo, al que le hemos agregado las más variadas tonalidades y le hemos sumado regionalismos y términos que se usan hasta en España.
Es ese idioma que nos distingue ante el mundo el que nos permite expresar distintas maneras de interpretar la historia de la conquista, pero también nos define como un continente plural, con una idiosincrasia y una libertad que hemos aprendido a defender en los largos procesos de lucha por la independencia.
Fuente: El Caribe