La onda expansiva del robo de salarios en Nueva York inunda con mucha fuerza a condados como Westchester
Un reporte del condado de Westchester, uno de los suburbios neoyorquinos más ricos y cercanos a la Gran Manzana, ratifica que el ascendente robo de salarios a ciertos trabajadores, es un “movimiento telúrico” que está teniendo impacto en todos los rincones de Nueva York. Esto pese, a que si se compara con diez años atrás, la fuerza laboral independientemente de su estatus migratorio, jamás había tenido tantas protecciones legales.
La Alianza Laboral de Westchester conformada por cinco organizaciones, basada en una encuesta a 220 trabajadores en los últimos meses, precisó que solo a este grupo, que dio a conocer sus condiciones laborales, se les dejó de pagar cerca de un millón de dólares.
En efecto, estos números, como advierten consejeros comunitarios, es apenas la punta del iceberg de una ola expansiva de estafas salariales en todos los condados, condensados en este análisis avalado por el Centro de Justicia Laboral de Nueva York y la Red Nacional de Organización de Jornaleros.
Casi todos los encuestados hablaron de violaciones de horas extras y el pago de la remuneración mínima legal. Además dieron fe de una serie de excusas de los patrones para no pagarle el salario legal, incluyendo hostilidades por su estado migratorio.
“Lo que hemos comprobado es que en la creciente industria de la construcción y de los restaurantes en este condado, se han incrementado los abusos. Hay una ascendente cifra de nuevos inmigrantes que no conocen sus derechos. Por la desesperación, aceptan condiciones, que a veces los lleva a trabajar hasta 12 horas, sin ni siquiera un salario mínimo”, describió Gonzalo Cruz, portavoz de Don Bosco Workers, una de las organizaciones que integran esta coalición.
El condado de Westchester alberga a más de 1 millón de residentes, según la Oficina de Planificación de esta ciudad y el Censo de 2020, de los cuales una cuarta parte son de origen hispano. Sin embargo, no se toma en cuenta en estas proyecciones, el nuevo influjo migratorio de los últimos meses.
Tácticas de abuso
La queja más común de varios inmigrantes de mayoría hispana, es que contratistas y subcontratistas de la construcción, le prometieron $800 por semana por un horario de 40 horas. Luego terminaron trabajando más de 50 horas, sin pago adicional, ni horas extras.
En otros casos, se denuncian pagos graduales, bajo la excusa que el cliente de la obra de paisajismo, demolición, remodelación o construcción no ha pagado el contrato.
Estos casos representan más del 50% de las denuncias acumuladas.
Las tácticas de abusos y explotación laboral en Westchester, no son nuevas, y tienen su réplica en la mayoría de los condados de Nueva York, particularmente en la industria de los restaurantes.
“A los camareros se les paga sólo por las horas en las que el restaurante está abierto. A pesar de que se quedan después del cierre, todas las noches, durante al menos media hora para limpiar”, destaca el informe.
Además, se puntualiza que en muchos casos, los dueños o los gerentes de los restaurantes de localidades como New Rochelle, Peekskill, White Plains y Yonkers, que han sido el “refugio” de centenares de inmigrantes recién llegados, casi siempre negocian con su fuerza laboral salarios de $10 la hora, cuando el mínimo legal en Nueva York es $15 por hora.
En el caso de las trabajadoras domésticas, hay una historia repetida. En algunos testimonios se comparte que reciben un salario fijo diario o semanal, sin importar las horas acumuladas en cada jornada.
A menudo, una mínima proporción de los afectados están dispuestos a presentar en alguna organización o al Departamento de Labor algún reclamo, sino se les paga adecuadamente.
A pesar de la estela ya denunciada y conocida de abusos por décadas, en este momento de manera muy clara, muchos trabajadores afectados por el robo de salarios, no lo denuncian: La razón principal expresada, es que no quieren correr el riesgo de perder lo poco que ganan.
En muchos casos, se exteriorizan temores por represalias en materia de inmigración, a la fuerza laboral indocumentada.
Un trabajador ecuatoriano que prefirió reservar su nombre, indicó que luego de años de vivir en la ciudad de Nueva York, prefirió buscar un espacio “más sano” y menos costoso para su familia en Westchester. Pero en su interpretación personal, solo consiguió lo primero.
“Ciertamente aquí se vive mucho más tranquilo, alejado del desastre de violencia en que se convirtió la ciudad, pero la verdad es que es igual de caro. Y aunque hay muchos más trabajitos eventuales, terminas ganando menos. Tampoco hay vivienda asequible. Eso es mentira”, aseguró.
Daño colateral
Esta investigación derivada de conversaciones, denuncias y conversaciones con trabajadores, concluye que este esquema deja secuelas terribles, ya que literalmente “destruye el tejido social de la comunidad, cuando las personas tienen que rebuscar 2 o 3 trabajos, para pagar las necesidades básicas. También significa que es posible que un padre, no tenga tiempo para ayudar a su hijo con sus deberes en la escuela, lo cual genera un daño generacional”.
Esta nueva secuencia de datos, que muestran uno de los lados más oscuros de la vida laboral de comunidades inmigrantes, en los suburbios de la Gran Manzana, refuerza lo que ya mostró un estudio divulgado el verano pasado, por la organización UMASS Labor Center, el cual entre otros hallazgos, comprueba que el 44% de los trabajadores del campo laboran por más de 60 horas semanales y el 25% denuncian robo de salarios.
Los defensores de varias organizaciones de la ciudad de Nueva York coinciden que con el arribo de miles de nuevos inmigrantes “desesperados”, por cualquier trabajo, se empezó a tejer una “telaraña” que potencia los esquemas de explotación, formas de esclavitud moderna y tráfico humano.
“Debemos unirnos como comunidad y educar a los inmigrantes sobre sus derechos. Las personas afectadas deben acercarse a sus organizaciones locales. Estamos observando un capítulo complicado en la vida laboral de nuestros trabajadores más vulnerables, en un momento en que hay muchos recursos y vías para la denuncia”, destacó Cruz.
El dato:
- 2,1 millones de neoyorquinos siguen siendo víctimas del robo de salarios anualmente a pesar de las nuevas regulaciones, según balances de la Acción por la Democracia Popular.
Graves problemas, cuatro soluciones:
La Alianza Laboral de Westchester conformada por Obreros Unidos de Yonkers, Caridades Católicas, Community Resource Center de Mamaroneck, Don Bosco Workers, United Community de Westchester, llegó al consenso de que las vías para solucionar esta crisis monumental, pasa por la aprobación de nuevas legislaciones y acciones gubernamentales como:
- El Departamento de Trabajo de Nueva York necesita contratar más personal para manejar la cantidad de reclamos por estafas salariales. Los trabajadores esperan meses e incluso años hasta que se llegue a una resolución.
- Si se aprueba la propuesta legislativa estatal ‘Puente de Desempleo’, se garantizaría un seguro de desempleo a todos los trabajadores, independientemente de su estatus migratorio, proporcionando una red de seguridad cuando pierden sus empleos. Esto los alentaría a abandonar lugares de trabajo abusivos y encontrar mejores empleadores.
- Aprobar el proyecto de ley SWEAT el cual protegería a los trabajadores del robo de salarios al darles la posibilidad de imponer un gravamen, sobre los activos de su empleador, si no les han pagado los salarios ganados.
- Esta alianza apoya que el robo de salarios sea considerado un delito calificado para las certificaciones de visa U.
No tienes papeles, pero tienes derechos:
- Los neoyorquinos que necesiten asistencia o deseen presentar una queja pueden enviar un correo electrónico al Departamento de Labor de NY: labor.sm.ls.ask@labor.ny.gov o llamar al: 1-888-4-NYSDOL (1-888-469-7365).
- Si necesita conocer detalles sobre salarios viste://dol.ny.gov/public-work-and-prevailing-wage
- También puede someter denuncias sobre violaciones laborales escribiendo al labor.sm.pwask@labor.ny.gov.
- Cualquiera que quiera presentar una queja a la Fiscalía de Nueva York puede hacerlo en la página web www.ag.ny.gov o puede llamar a la línea de ayuda general al 1-800-771-7755
- El Departamento de Protección al Consumidor y Trabajador de la Ciudad de Nueva York (DCWP) lucha por todos los trabajadores de la Gran Manzana independientemente de su estatus migratorio, y alienta a los neoyorquinos a visitar nyc.gov/workers o llamar al 311 para obtener más información sobre los derechos en el lugar de trabajo o para presentar una queja, que se puede presentar de forma anónima.
- Denuncie el robo de salario o las condiciones de trabajo peligrosas llamando o enviando un mensaje a la Unidad de Protección al Trabajador de la Fiscalía de Manhattan al (646) 712-0298. La Oficina es un lugar seguro para denunciar delitos, ya sea que esté documentado o no.
Fuente: El Diario