La juventud
En el país se conmemora hoy el Día Nacional de la Juventud, en honor a San Juan Bosco, que dedicó su vida a ser el mentor de huérfanos, de pobres, de abandonados, y formó grandes grupos con el lema “Estudio, deporte y oración”. En 1988, Juan Pablo II lo proclamó Padre y Maestro de la Juventud.
El 5 de diciembre de 1993 se oficializó esta fecha en virtud de la Ley No.20-93 que coincide con la celebración del día de San Juan Bosco y se estableció el Premio Nacional de la Juventud, el cual es otorgado para reconocer los aportes al desarrollo del territorio dominicano.
Es una fecha significativa que enaltece una etapa de la vida de quienes debieran aprovecharla al máximo porque cuando se va no vuelve.
Precisamente uno de los propósitos del día es destacar la importancia de que los jóvenes aprendan a enfrentar de forma satisfactoria los retos que la vida les pone.
La República Dominicana tiene una población total relativamente joven con un promedio de edad, según el censo de la ONE, de 28.8 años y aproximadamente un 60% se concentra en el rango de 0 a 34 años.
Para las elecciones municipales de febrero, la juventud ocupa el 27.4% del padrón electoral, lo cual lleva a los partidos a enfocar sus campañas en las redes sociales y otros medios alternativos para sentar presencia ante este sector de la sociedad.
El poeta nicaragüense Rubén Darío escribió aquellos versos que equiparan a la juventud con un divino tesoro, que acaso resida no solamente en la energía que se tiene en esa edad, sino también en la intensidad con que se viven los sentimientos, se asumen los ideales y se encaran los proyectos para el futuro.
La juventud es la etapa de la esperanza en la que está permitido soñar, proyectar y aprender, muchas veces de los propios errores, hasta que se alcanza un punto de madurez vital.
El país que tenemos acuñó su independencia desde el anhelo de un grupo de jóvenes que primero soñaron una patria, y se animaron después a enfrentar al poder invasor y construirla.
Esa patria necesita de una juventud atenta a dar lo mejor de sí, que trabaje por su propio futuro sobre la base de los altos ideales que nos legaron nuestros próceres y que apueste siempre a construir un mañana mejor para todos.
Fuente: El Caribe