Mayoría de “lateros” de la Gran Manzana son ancianos hispanos y mujeres vulnerables: esperan que pase la ley “mejor botella”

Recoger el riesgo

Como describe este trabajo académico, los envasadores trabajan al aire libre, expuestos a temperaturas cada vez más extremas. Su trabajo requiere recolectar y clasificar los artículos que se han desechado y que pueden mezclarse con productos peligrosos o tóxicos.

Como el horario de recogida de reciclaje se ha trasladado a más tarde por la noche, en muchas partes de la ciudad, en respuesta al problema de las ratas, muchos se enfrentan a trabajar hasta altas horas de la noche.

Muy pocos centros de canje, ofrecen algún alivio a los envasadores, como acceso a agua corriente, baños o refugio. Por ello, se enfrentan a multitud de riesgos para la salud y la seguridad.

El estudio confirmó que los riesgos para la salud siguen siendo una preocupación para los envasadores: más de la mitad (55%) informaron que enfrentaban riesgos para la salud al reciclar. Lo más común puntualizado, fue exposición a la contaminación, incluidos gérmenes y enfermedades transmisibles adquiridas durante la recolección. Todo agravado por la falta de condiciones sanitarias y de acceso a agua en los lugares de trabajo. 

“También se describen peligros físicos en el trabajo, incluido el riesgo de cortes o lesiones por objetos rotos o agujas mezcladas con materiales reciclables. Los riesgos musculoesqueléticos incluían distensiones o lesiones por movimientos repetitivos, agacharse, estar de pie y caminar constantemente, o cargar bolsas pesadas de materiales”, precisan las conclusiones.

Centro de canje en “emergencia”

El sondeo pone a este sector en emergencia, pues uno de los hallazgos, es que los centros de canje en este momento, están luchando por mantenerse en funcionamiento.

“50% de los centros de reembolso han cerrado desde 2008. Los cierres se aceleraron en 2022 y 2023 debido a la inflación y las altas rentas. El sentimiento de los propietarios de los centros de canje es que sin cambios urgentes, el sistema comenzará a colapsar”, remarca este reporte en sus conclusiones.

Parte de la solución depositada en una ley

En parte, como respuesta a las presiones generadas por estas condiciones, la asambleísta Deborah Glick y la senadora Rachel May, presentaron en 2022 el anteproyecto conocido como ‘Mejor Botella’ (Better Bottle), que amplía el tipo de botellas o contenedores que pueden ser canjeados, aumenta el monto del depósito a diez centavos para los recicladores independientes e incrementa la tarifa de manejo de los centros de canje a seis centavos.

Para los activistas ambientales, que luchan por mejores beneficios para los recicladores, si se da luz verde a esta legislación, sería crucial por una diversidad de razones. Primero,  aumentaría los ingresos de miles de familias inmigrantes, además sería un beneficio directo para las personas que padecen enfermedades físicas y mentales crónicas que han creado sus propios puestos de trabajo en una “economía circular”, que tiene enormes obstáculos.  

Además, beneficiaría a todo el Estado al generar calles más limpias y vías fluviales menos contaminadas, mayores tasas de reciclaje, ahorro de costos para los municipios y un alza en los ingresos para el estado.

El gran Impacto de la Ley ‘Mejor Botella’:

  • Aumentaría el depósito de 5 centavos a 10 centavos e incluiría una variedad más amplia de contenedores de bebidas, como las no carbonadas y las energéticas, productos lácteos, aguas que contienen azúcar y botellas de licores incluyendo el vino.
  • El gobierno estatal se beneficiaría de los millones de toneladas de residuos desviados de los vertederos, sin coste alguno. Esto significaría mayores ingresos a los centros de canje, cuyas tarifas están estancadas desde que se aprobó la primera `Ley Botellas’ en 1982.
  • Los gobiernos locales se beneficiarían de una menor presión sobre los sistemas de reciclaje municipal y mayores beneficios para el desarrollo económico local, a través del impulso a los centros de redención en dificultades por las pírricas tarifas.
  • Los lateros desproporcionadamente ancianos, inmigrantes y personas de color tendrían automáticamente un aumento de sus ingresos, en un momento de inflación disparada, mayor competencia y redes de seguridad social insuficientes.
  • Las generaciones presentes y futuras se beneficiarían de la importante disminución de la obstrucción de la basura en las calles y vías fluviales.

Precariedad social en números:

  • 45.5% de los trabajadores de reciclaje independientes conocidos como ‘lateros’ son de origen hispano.
  • 16% solamente tiene el beneficio de contar con una tarjeta del Seguro Social.
  • 69% usa los ingresos de la recolección y el reciclaje apenas para cubrir sus necesidades alimenticias.
  • 85% tiene más de un año trabajando en las calles en esta actividad.
  • 63% tienen más de 50 años de edad.

Fuente: El Diario