José Francisco Pérez Colón: el violinista dominicano que impresionó a Adele con su talento
Con una maleta llena de sueños y una firme convicción de que alcanzaría sus metas en la música, José Francisco Pérez Colón, un talentoso violinista dominicano, puso rumbo hacia Alemania, país en el que ha comenzado a vivir lo que hace tres años veía como una utopía.
El nativo de San Cristóbal se visualizó en grandes escenarios y, con mucho trabajo y formación, lo está consiguiendo. Su talento no ha pasado desapercibido, logró impresionar incluso a la estrella de la música británica Adele, quien lo invitó a tocar en diez de los conciertos que actualmente realiza en Alemania, en el marco de su más reciente gira. José Francisco llamó la atención del equipo de la artista gracias a una trayectoria destacada en ese país.
“Soy egresado de la universidad Hochschule für Musik und Theater de Hamburgo, Alemania y, a través de mi trayectoria aquí como músico, me he dado a conocer en muchos lugares, eso me ayudó muchísimo a que me contactaran”, aseguró a Diario Libre sobre la forma en que llegó a tocar con una de las artistas más importantes a nivel mundial.
Y es que no hay mejor forma de darse a conocer que a través de un trabajo bien hecho, que tu talento sea tu mejor carta de presentación.
¿Cómo es Adele?
Él asegura que, lejos de la gran estrella que es la artista británica, su trato personal con su equipo, incluyendo los músicos es de mucha afabilidad, también destaca su sentido del humor. “En los ensayos se la pasa haciendo chistes”, dice. Y agrega que al principio no se creía que estaría cerca de una artista de su nivel.
“Ellos me contactaron, me hablaron del proyecto y aquí estoy yo”, dice, haciéndolo ver fácil, pero no ha sido tanto así.
Ahora durante los 10 conciertos que Adele realizará en Alemania, José Francisco estará a su lado en el escenario cada noche, interpretando un solo de violín para después incorporarse a la orquesta que acompaña a la cantante.
Un camino difícil
Para llegar a este momento tuvo que pasar muchas vicisitudes, salir del calor hogareño y la calidez tropical para enfrentarse al frío y hostil ambiente alemán, sobre todo para un soñador caribeño, que no sabía el idioma ni lucía como ellos.
Su estadía en la nación europea se dio gracias a un programa de intercambio de estudio musical de la Universidad Pedro Henríquez Ureña con el centro de estudios de Alemania. Audicionó y fue seleccionado.
“Realmente el reto más grande al venir a Alemania fue en los inicios, comenzar a estudiar acá y tener que buscar recursos para poder sustentar mis estudios“, dice, y ¿cómo no? Él tocó puertas en República Dominicana para poder costear los gastos de sus estudios internacionales, pero ninguna se le abrió, señala.
Aprender el idioma tampoco le hizo el proceso más fácil, todo lo contrario, sin embargo, todas esas limitaciones, le hicieron exigirse más.
“Vengo de una familia humilde de San Cristóbal, donde vivía con mi mamá, mi papá y mis tres hermanos”. Esos orígenes humildes y su formación cristiana le recordaban sus objetivos.
En República Dominicana fue donde comenzó su amor por el violín, se formó en el Conservatorio Nacional de Música. “Comencé en el violín a los 17 años”, dice. A partir de ahí se ha convertido en su estilo de vida y su razón de existir y subsistir.
“Intenté fabricar mis propios violines porque no tenía recursos para comprarlos, ni mis padres podían permitírselo. Hubo un momento en que me sentí abandonado por mi país porque apliqué por ayuda en muchísimos lugares, pero sentí que no interesaba, cuando lo que buscaba era representar de la mejor forma al país que me vio nacer”.
Luego de terminar el programa con la Unphu, audicionó para la maestría y fui seleccionado, hasta que la terminó. Ahora, se dedica a dar clases de música a niños y jóvenes músicos de ese país”.
- A pesar de que, poco a poco ha hecho su vida en Alemania, su meta es regresar a la isla y aportar con sus conocimientos al desarrollo de la música nacional.
“Soy más dominicano que nadie y quiero regresar al país a aportar desde mis aprendizajes y ayudar a que otros jóvenes puedan recibir la oportunidad que yo tuve. Quiero demostrar que en mi país hay personas que de verdad aportan a la cultura“.
Violín: su compañero
La música y más concretamente, su violín y capacidad de componer fueron sus grandes acompañantes en los momentos más complicados.
“Llegué a Alemania sin nada, sólo con un violín y mi ropa, no dependía de nadie. Imagínense en esos inviernos fríos y oscuros, sin ninguna compañía. Si yo estoy de pie todavía y alcanzando esos éxitos es porque la música ha sido su amiga siempre”.
- José Francisco se ha presentado en escenarios de Israel, España, Francia, Inglaterra y Alemania, sin embargo, asegura que no está interesado en la fama, sino en inspirar. “Quiero ser ejemplo de otros”, cuenta el músico con ilusión.
Música sinfónica y otros ritmos
Para José Francisco la música es más que un género, de ahí que considere tan relevante la tendencia actual en la que artistas populares y músicos sinfónicos unen sus estilos. “Es una estrategia muy buena para enriquecer la música que tenemos. Yo mismo he hecho mezcla, que es lo que más disfruto. Utilizo bachatas o dembow y enriquezco esos géneros con el violín y sonidos más depurados, lo que aporta y potencializa mucho más esos sonidos. Mezclar un estilo sinfónico con otro popular llevaría nuestra música a otra dimensión y mercados”.
Fuente: Diario Libre