El sospechoso por muerte de dominicana hallada en lago de Massachusetts acusado formalmente de asesinato después que forense dictaminó homicidio
Cristian Montero, el dominicano sospechoso por la muerte de la dominicana Carol Flaz Burgos hallada la semana pasada en un lago de Haverhill en Massachusetts, fue acusado formalmente ayer martes de asesinato en la corte superior de Lawrence y de ser hallado culpable enfrente cadena perpetua.
Los fiscales y los investigadores que todavía no explican cómo Montero mató a la madre de dos hijos, un varón y una hembra de 9 y 12 años de edad, dijeron que revisaron 15 horas de videos de seguridad.
En las imágenes aparece ella tocándole la puerta del apartamento y haciéndose la señal de la cruz antes de entrar, pero nunca volvió a salir.
Los videos muestran a Montero saliendo del apartamento 405 del edificio 590 en la calle Broadway en Lawrence cargando un carrito de compras con un bulto que parece contener ropas, y supuestamente fue ahí que llevó al cadáver para tirarlo al lago.
Ambos residían en el mismo edificio, Carol en el apartamento 401 pero se desconoce si tenían algún relación amistosa o marital, punto que los investigadores tampoco han esclarecido.
Originalmente, Montero fue detenido como sospechoso y acusado por engañar a la policía en, la investigación e intimidación de testigos y se esperaba el resultado de la autopsia para actualizar los cargos.
Con los resultados de la autopsia del médico forense, Montero, de 35 años, será procesado por el asesinato hoy miércoles a las 2:00 de la tarde en el tribunal del distrito de Lawrence, anunció la oficina de la fiscalía del condado Essex.
Flaz Burgos fue encontrada muerta en el área de conservación del lago Kenoza en Haverhill el martes de la semana pasada, confirmó el fiscal del distrito de Essex, Paul Tucker.
Fue vista por última vez en una cámara de vigilancia entrando al apartamento de Montero en el edificio donde vivía con sus hijos y su madre, dijeron los fiscales en el tribunal. Ella hizo la señal de la cruz cuando entró, dijo un fiscal adjunto del distrito, pero nunca se le vio salir.
Los datos de su teléfono celular mostraron que comenzó a alejarse del edificio de apartamentos en Broadway al mismo tiempo que se vio a Montero saliendo con una carreta, un carrito de playa, que parecía estar lleno de ropa, dijeron los fiscales.
Su teléfono comenzó a situarla en ruta hacia Haverhill, donde se encontró su cuerpo.
Montero engañó a los investigadores sobre dónde se encontraba en el período de la desaparición de Flaz Burgos, según los fiscales.
En dos entrevistas diferentes, dijo que condujo hasta una barbería y aparcó en la calle Trenton pero que nunca entró porque se sentía enfermo.
Pero las cámaras de la ciudad mostraron que no se estacionó en esa calle en ese momento, y los datos de su teléfono celular lo mostraron en Haverhill cuando dijo que estaba estacionado en Lawrence.
Montero se declaró inocente y un abogado designado por el tribunal pidió tiempo al juez para investigar las acusaciones hechas por la fiscalía.
El juez ordenó que permaneciera detenido en espera de una audiencia dentro de una semana y confiscó los documentos de los investigadores a pedido de la fiscalía, para evitar que cualquier cosa impidiera su investigación en curso, que anticiparan llevar ante un gran jurado.
El fiscal Tucker dijo anteriormente que los investigadores estaban esperando los resultados de la autopsia del médico forense antes de acusar a Montero de asesinato.
Antes de entrar al apartamento de Montero el sábado 31 de agosto por la mañana, Flaz Burgos fue vista en un video de vigilancia enviando mensajes de texto y haciendo la señal de la cruz, confirmaron los fiscales.
Los detectives que buscaron en los datos del teléfono celular de la mujer encontraron movimiento al mismo tiempo que Montero salió de este apartamento con la camioneta y fue conducido a la cercana ciudad de Haverhill, dijo un fiscal adjunto la semana pasada.
El miércoles pasado, Montero fue detenido sin derecho a fianza tras ser procesado por el cargo de engañar en una investigación policial.
Sus hijos se pusieron en contacto con sus abuelos cuando Flaz Burgos no regresó a casa ese sábado.
Trabajó como asistenta de salud a domicilio y era muy querida por las personas que cuidaba.
Por Miguel Cruz Tejada