80% de neoyorquinos que sufren un paro cardiaco mueren por lenta respuesta de los servicios de emergencia

Nueva York enfrenta una crisis en su sistema de emergencias médicas. A medida que los tiempos de respuesta del Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) aumentan, también lo hace la tasa de mortalidad entre los pacientes que sufren paros cardíacos.

Actualmente, 4 de cada 5 personas que experimentan este tipo de emergencia en la ciudad no sobreviven. Según el último Informe de Gestión Anual del Alcalde, solo el 20% de los pacientes con paro cardíaco fueron reanimados con éxito en el último año fiscal, lo que marca la peor tasa de éxito registrada en más de una década.

Este incremento en los tiempos de respuesta y la alarmante tasa de mortalidad han generado gran preocupación entre los especialistas. Andrew Ansbro, presidente de la Asociación de Bomberos Uniformados, calificó esta situación como “impactante”. Los socorristas están enfrentando un volumen de llamadas sin precedentes, pero las ambulancias y los camiones de bomberos están llegando más tarde que nunca. Los retrasos están costando miles de vidas cada año, y la supervivencia de los pacientes está directamente relacionada con la rapidez con la que se recibe atención.

Causas del aumento en los tiempos de respuesta de los servicios de emergencia de Nueva York

El FDNY respondió a 633,361 emergencias médicas que ponían en peligro la vida durante el último año fiscal, incluidas más de 30,000 relacionadas con paros cardíacos o incidentes de asfixia. Esto representa un incremento considerable en comparación con 2019, cuando atendieron 567,757 emergencias. Este aumento de más del 10% en las llamadas ha sobrecargado el sistema.

Entre las principales causas que han contribuido a los retrasos se encuentran la falta de personal y los recursos limitados del departamento. La cantidad de socorristas disponibles no ha crecido al mismo ritmo que la demanda de sus servicios. Además, los sindicatos que representan a los técnicos en emergencias médicas y paramédicos han señalado que las políticas del Ayuntamiento, como la reducción de carriles vehiculares y el cambio en los patrones de tráfico en nombre de una agenda anti-automóviles, han complicado el tránsito de las ambulancias y otros vehículos de emergencia por las calles de la ciudad.

Oren Barzilay, presidente del sindicato Local 2507 del Consejo de Distrito 37, subrayó que los socorristas están “al límite” de sus capacidades. A pesar de su heroico trabajo, simplemente no tienen los recursos necesarios para atender con la prontitud que la situación requiere. “Más recursos y personal son las únicas soluciones en este momento”, agregó.

Otra razón detrás de la baja tasa de éxito en la reanimación es el cambio en la forma en que el FDNY mide los casos de reanimación exitosa. El año pasado, el departamento adoptó un “estándar nacional” que mide el éxito de una reanimación como el “retorno sostenido de la circulación espontánea”, es decir, el restablecimiento de los latidos cardíacos al momento de llegar al hospital. Este cambio en las métricas ha hecho que las tasas de éxito caigan dramáticamente.

Antes de este cambio, las métricas incluían todos los casos en los que se recuperaba la circulación, aunque fuera temporalmente. Bajo este sistema, las tasas de éxito alcanzaron el 35% en 2019. Sin embargo, con el nuevo método, la tasa ha bajado al 20%. Aunque este porcentaje está alineado con los estándares nacionales, sigue siendo alarmantemente bajo para una ciudad con la magnitud y recursos de Nueva York.

Iniciativas para mejorar los tiempos de respuesta de los servicios de emergencia de Nueva York

El FDNY es consciente de la gravedad de la situación y ha anunciado varias iniciativas con la esperanza de mejorar los tiempos de respuesta y, por lo tanto, aumentar las probabilidades de supervivencia de los pacientes. Amanda Farinacci González, portavoz del departamento, explicó que se han implementado medidas como la creación de unidades de respuesta paramédica, oficiales de enlace hospitalario y mayor acceso a la telesalud. Estas iniciativas están diseñadas para agilizar el proceso de atención y aliviar parte de la presión sobre los equipos de respuesta en terreno.

Asimismo, el departamento ha iniciado una campaña de concientización pública sobre cuándo es adecuado llamar al 911. El objetivo es reducir las llamadas innecesarias que sobrecargan el sistema y permitir que los recursos disponibles se destinen a emergencias verdaderamente críticas. Sin embargo, los críticos argumentan que estas iniciativas son solo parches temporales y que no abordarán la raíz del problema: la falta de personal y recursos.

La situación actual plantea una pregunta clave: ¿Cómo puede Nueva York resolver esta crisis antes de que las cifras sigan empeorando? Los expertos coinciden en que es fundamental aumentar la inversión en el sistema de emergencias médicas de la ciudad. Esto incluye contratar a más socorristas, mejorar las condiciones laborales para retener al personal existente y asignar más fondos para la compra de equipos y vehículos de emergencia.

La presión pública también será un factor determinante. La creciente conciencia sobre los tiempos de respuesta del FDNY y sus consecuencias mortales podría generar un llamado a la acción por parte de la ciudadanía. Si bien la ciudad ha lanzado algunas iniciativas para mitigar el problema, es claro que se necesitará un enfoque integral y a largo plazo para abordar esta situación.

Fuente: El Diario