Aranceles a industria automotriz castigaría también a taxistas de NYC y complicaría a muchos parte del ‘sueño americano’

En medio de las recientes perturbaciones del mercado bursátil, la ‘guerra’ arancelaria mundial y las noticias de subidas y bajadas de Wall Street, hay una mayoría de neoyorquinos de la clase trabajadora que no tiene acciones, ni inversiones bursátiles. Pero sí resiente como nadie, el peso de toda una dinámica financiera en sus bolsillos, además de una clara merma de sus clientes. Y en algunos casos de sus empleados. Es el caso de los taxistas y los dueños de talleres mecánicos.

“Vamos es para abajo. Ya veníamos mal, pero esto de los aranceles a los fabricantes de carros, la guerra comercial y las amenazas de deportaciones a nosotros nos ha afectado como nunca antes. La gente no sale como antes por miedo. No quiere gastar. Porque los costos de la comida se devoran sus sueldos. Si van para el aeropuerto, prefieren montarse con sus maletas en el tren”, es apenas un testimonio del taxista dominicano César Feliz, con más de dos décadas en esta profesión.

Este testimonio es replicado con otros “condimentos” por los compañeros de “parada” del dominicano. El escenario que se dibuja en las calles, fuera de los balances de los grandes expertos económicos: son carros nuevos y usados mucho más caros, autopartes y servicios como cambios de aceite, con ajustes de precios.

Todo implica un efecto eventualmente “devorador” para la industria de los taxistas y también un muro financiero que alejará a miles de trabajadores hispanos con ingresos bajos y medios, de la posibilidad de adquirir un “cuatro ruedas”.

Sin embargo, también hay quien piensa que estas medidas, aunque inflacionarias, traerán de vuelta a miles de empresas sólidas generadoras de empleos de calidad.

“Yo no quiero que mi hijo sea taxista como yo, que es el futuro que le espera. Yo estoy seguro, que en unos años, tendremos de regreso a miles de corporaciones que se instalaron fuera para pagarle tres centavos a sus trabajadores. La estrategia de Trump es presionar al mercado para que instalen nuevas empresas fuertes aquí, como antes”, expuso el puertorriqueño Xavier Quiñonez, de 62 años.

El isleño es fiel seguidor de la idea de que la economía necesita “soportar el dolor a corto plazo” para lograr la “grandeza económica” a largo plazo. 

También los seguros

Las proyecciones van más allá, pues en este efecto cascada, también se avizora un ajuste en las pólizas de seguros. La lógica impone que si los autopartes, sufrirán los embates de las imposiciones arancelarias, las reparaciones por un choque también recibirán este impacto.

“Si aplican esos aranceles a China, todo se va a poner mucho caro para nosotros. Porque las piezas chinas son mucho más baratas. Yo no creo que aquí nadie, está pensando en la clase trabajadora. Y si esto sigue así, verás a muchos que van a querer dejar el taxi. Ya tenemos la competencia de las aplicaciones digitales. Ahora los aranceles”, razona el conductor.

César abunda en ejemplos. Desde su perspectiva muy personal, hay un creciente “deterioro económico” de la clase trabajadora de su vecindario en Washington Heights: “date una vuelta por varios negocios de por aquí y los verás cerrados, o sin un cliente. La economía va fatal. Y con estas medidas nuevas nos están enterrando, especialmente a quienes tenemos un carro como instrumento de trabajo”, opina el isleño.

Este taxista, al igual que otros choferes consultados, aseguran que están “rogando” que no tengan que sustituir a futuro una pieza de sus vehículos, porque cuando eso sucede, en ese mes, el carrito de sus compras en el supermercado, empieza a verse más vacío.

Un símbolo del ‘sueño americano’

A su vez, los anuncios de los aranceles al sector automotriz global, empiezan a generar inquietudes en las comunidades inmigrantes establecidas, para las cuales un componente del “sueño americano” es precisamente que Estados Unidos, cualquier trabajador promedio, puede comprar un carro. Algo que en cualquier país latinoamericano requiere muchos años de esfuerzo.

Aunque para los residentes de la Gran Manzana normalmente ser propietario de un vehículo, no es una prioridad, sí es una necesidad para el resto de los condados del estado de Nueva York, en donde el transporte público no es eficiente.

“Recuerdo que cuando llegué aquí hace 10 años, con unos mesecitos de trabajo, ya me compré mi primer carro, casi nuevo. Ahora eso luce no imposible, pero sí más complicado para mis hijos”, comentó Sergio Parra, un colombiano residente de Huntington.

Además, los propietarios de talleres mecánicos, que en muchos casos sus trabajadores son indocumentados, empiezan a sufrir las consecuencias de las nuevas políticas de la Casa Blanca, pero desde otra perspectiva. Primero, muchos trabajadores temen ir a sus trabajos, por temor a redadas de deportación. Segundo, los mismos propietarios de estos talleres, evitan sufrir sanciones económicas de las autoridades federales, por contratar a personas sin papeles.

“Lo de los aranceles todavía no lo hemos sentido. Pero ya desde hace varios meses las piezas y los repuestos venían aumentado un poquito. Pero si finalmente se aplican los aranceles, todo esto se va a ir para arriba. Y ya la gente se queja por los costos de un cambio de aceite”, explica un ecuatoriano propietario de un taller mecánico en Queens.

La expectativa: grandes aumentos

Los aranceles del 25% sobre los vehículos importados y las autopartes, es una política que el presidente Donald Trump ha anunciado para estimular las inversiones y el empleo en Estados Unidos. 

Pero, de acuerdo a varios analistas consultados por The New York Times, esta política “elevará los precios de los carros nuevos, en miles de dólares”.

Incluso las personas que no compran vehículos nuevos, se verán afectadas porque “pagarán más por piezas como neumáticos, pastillas de freno y filtros de aceite, explicaron expertos”.

Se estima que los aranceles para autopartes, entren en vigor el próximo 3 de mayo, lo cual impactará a motores y sus partes, transmisiones y partes del sistema de propulsión, componentes eléctricos y partes de vehículos de pasajeros, y camionetas ligeras.

De acuerdo con un análisis del Centro de Investigación para la Industria Automotriz (CAR) todos los vehículos producidos o vendidos en Estados Unidos, serán afectados por el 25% de arancel, debido a que no existe un solo vehículo fabricado con 100% de piezas estadounidenses.

Un análisis de Bank of America, citado por la cadena CNN, concluye que la política arancelaria sobre las piezas de automóviles, aumentarán el costo de los vehículos fabricados en Estados Unidos, en aproximadamente US$ 4,000. 

Otra perspectiva de Anderson Economic Group estima que el costo para algunos vehículos supera los US$ 12,000.

Actualmente los precios ya están cerca de niveles récord, con un auto nuevo que cuesta casi US$ 50,000 en promedio. Hay muchas posibilidades, que esta cifra aumente en las próximas semanas y meses.

Para poner un ejemplo mucho más claro en números, un automóvil importado con un valor de $40,000 estaría sujeto a un impuesto de cerca US$ 10,000. Ese es un costo que alguien tendrá que asumir.

Otro eventual golpe: el seguro

Hay otros incrementos que se podrían esperar a corto plazo, que pesaría mucho más a la clase trabajadora. Insurify, un sitio web de comparación de seguros, predice que los nuevos aranceles sobre autos, metales y piezas importadas, anunciados por la administración Trump, si se mantienen vigentes, aumentarán los precios de los vehículos en miles de dólares.

“Los aranceles a Canadá y México probablemente cambiarán el precio que pagan los estadounidenses por un seguro de auto con cobertura total. Estados Unidos depende en gran medida de sus vecinos limítrofes para el suministro de autopartes y ensamblaje”, proyectan en un comunicado.

El equipo de ciencia de datos de esta corporación, analizó cómo el costo de los vehículos y las autopartes individuales, afecta las primas de seguros de auto, para proyectar cómo podrían aumentar las tarifas con los aranceles. Se estima que estas políticas, contribuirían a que el costo promedio nacional del seguro de autos, con cobertura total, aumentará un 8% para finales de 2025. De $2,313 a $2,502.

Sin aranceles, Insurify proyectó que los costos del seguro de auto, aumentarían un 5% interanual. La adición de aranceles, añadiría aproximadamente tres puntos porcentuales a ese costo. En otras palabras, las tarifas subirían un 60% más rápido con aranceles.

Esto se explica porque México y Canadá representaron aproximadamente el 35% de las importaciones de acero de Estados Unidos en 2024. Aproximadamente la mitad de las importaciones de aluminio de provienen de Canadá.

Apoyo a los aranceles

Asimismo, el sindicato United Auto Workers, ha respaldado firmemente los aranceles a los automóviles, argumentando que eventualmente conducirán a una mayor producción nacional.

“Con estos aranceles, miles de empleos bien remunerados en la industria automotriz, podrían regresar a las comunidades obreras de Estados Unidos, en cuestión de meses, simplemente añadiendo turnos o líneas adicionales, en varias plantas automotrices infrautilizadas”, declaró el sindicato en un comunicado.

Sin embargo, el presidente del sindicato, Shawn Fain, calificó los aranceles globales generalizados del presidente Trump, como “imprudentes”.

Esta unión sindical asegura que miles de trabajadores automotrices se encuentran despedidos en Ford, General Motors y Stellantis, tras las recientes decisiones de los ejecutivos de la industria automotriz de trasladar empleos a México.

Fain reafirmó a medios nacionales que los acuerdos de libre comercio, en particular el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), permitió mover fábricas y empleos estadounidenses a países con bajos salarios.

Se ponderó además que unas 90,000 fábricas en el país cerraron en los últimos 30 años, dejando sin empleo a ciudades manufactureras como Flint, Michigan, Gary e Indiana.

El dato:

Fuente: El Diario